Los cultivos orgánicos producen comida con un mejor sabor y son más saludables. Las personas, las plantas y los animales con una buena nutrición, alcanzan el máximo potencial y eliminan una gran cantidad de problemas nutricionales.

Los cultivos producidos con el apoyo de fertilizantes químicos solo reciben una parte de sus necesidades nutricionales y los químicos afectan la salud del suelo, de ahí que los productos alimenticios libres de químicos son la base de una buena nutrición porque hay una estrecha relación entre la salud del suelo, salud de la planta y salud de las personas.

Las plantas al recibir vía los fertilizantes un máximo de siete minerales de los 52 que necesitan, son ya de origen deficitarias y están muy lejos de los 79 elementos que los humanos necesitamos para estar saludables y esto sin abundar en las dosis o acumulaciones en esta cadena.

Hasta hoy el recurso más socorrido para combatir plagas y enfermedades en los cultivos es el uso indiscriminado de productos químicos (venenos), donde su dosis máxima es el equilibrio económico de sistema de producción y no la salud del consumidor.

De ahí que los productos orgánicos siempre serán nutricionalmente mejores que los producidos a base de agroquímicos.

Para que un cultivo sea reconocido como “orgánico”, debe ser producido con productos naturales, eliminando el uso de químicos y sintéticos tales como pesticidas, herbicidas y fertilizantes.

De haber nacido como una tendencia, el consumo y producción de orgánicos, ahora es la toma de conciencia y más recientemente las ventajas económica que representa la producción bajo este sistema.

Son muchos los países que han modificado sus leyes y regulaciones para evitar o reducir la importación de productos agropecuarios no orgánicos, por lo tanto la demanda mundial de orgánicos, ha crecido significativamente.       

Es cierto que la producción comercial de orgánicos es más elevado pero en el mediano plazo, esta tendencia será reducida significativamente.

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