La saponaria es conocida en muchos países desde hace varios siglos  por su capacidad para generar espuma y su poder limpiador; su cultivo es fácil y no requiere de mayores cuidados. Su nombre deriva de la palabra griega "sapo", que significa "jabón", porque los griegos de la antigüedad la usaban con tales fines.

Esta planta, también se le conoce como jabonera, hierba jabonera, flor de jabón, etc. y se utiliza en la industria cosmética para la elaboración de jabón, champú, dentífrico y polvos limpiadores.

La multiplicación, se realiza a través de semillas (el fruto de la planta es una especie de cápsula, cada una de las cuales contiene numerosas semillas) y se debe efectuar durante la primavera y requiere de agua en abundancia.

La forma más sencilla para obtener un limpiador natural, hay que rallar entre 30 y 100 gramos de raíces de saponaria y hervirlas en un litro de agua y se puede repetir varias veces con la misma cantidad de raíces aunque utilizando menos agua.

También se le atribuyen una serie de propiedades medicinales, para el cuidado y curación de problemas en la piel (desde dermatitis y forunculosis hasta tendencia al acné y seborrea). También es utilizada en la industria farmacéutica para la fabricación de medicinas expectorantes, en particular de aplicación por vía oral, como gotas y jarabes.

La base de los efectos curativos de la saponaria radica en la saponina, un glucósido que, además, tiene la capacidad de producir salivación, secreción de las mucosas y la sudoración, y es diurética.

En el sitio llamado mercado libre es posible encontrar semilla de saponaria.

http://www.consumer.es/web/es/bricolaje/jardin/2007/11/11/171645.php