Una granja familiar es aquella donde toda la familia trabaja unida, juega unida y hace una vida unida.
Los niños que crecen en una granja familiar saben de dónde proviene su comida y se enorgullecen del hecho de que ayudaron a producirla.
Los niños que crecen en una granja familiar aprenden la importancia de la cooperación, de que cada uno de ellos obtiene una parte justa de la carga de trabajo y se ayudan mutuamente cuando es necesario.
En una granja familiar, los niños aprenden a poner las necesidades de los animales de granja por encima de sus propias necesidades.
En una granja familiar, hay tareas que hacer, animales que alimentar, huevos que recoger, cerdos que cuidar, trabajo diario que debe hacerse, sin falta.
No hay días libres, ni días de asueto.
Un momento en que los niños aprenden la responsabilidad haciendo, no haciendo que alguien diga que es importante.
La granja familiar es el modelo para la agricultura y un modelo para la familia: los mayores comparten la sabiduría con los jóvenes, los jóvenes comparten el entusiasmo con los mayores.
La mesa de la cocina es a menudo la pieza central de la granja familiar, ya que es aquí donde la familia se reúne para tres comidas al día y comparte historias del presente y el pasado, así como esperanzas para el futuro.
Cuando se vende una granja, por cualquier razón, también se vende una parte de la familia. Los agricultores que viven y trabajan la tierra no pueden vender y mudarse fácilmente a la ciudad. Hay demasiadas emociones involucradas y demasiada historia. Por lo general, varias generaciones han crecido y trabajado la misma superficie. Cortar una relación con la tierra es como perder un hijo. Es más difícil de lo que las palabras pueden expresar.
Tomado de: www.grit.com