En América Latina y Estados Unidos existen diversos títulos para el curandero nativo, el médico brujo o chamán. En México, particularmente, los chamanes tienen una historia rica y fascinante ya que emplean hierbas y una cantidad impresionante de prestidigitación para hacer lo que hacen.
La palabra nahual o nagual es derivada del náhuatl “nahualli”, que significa oculto o disfraz. Algunos libros refieren que en la época prehispánica, únicamente aquellos con cargos importantes tenían la habilidad de convertirse en animales.
De acuerdo con la cosmogonía prehispánica, al nacer una persona también nace un animal, el cual se convierte en su protector y guía.
El animal lleva por nombre “tonalli” o “toná”, que es el espíritu animal de todo individuo. Ambos comparten estado de ánimo, espíritu y destino, por tal motivo, cuando la persona muere, su toná también fallece.
Existen personas que, por la fuerte conexión que tienen con su espíritu animal, poseen la habilidad de transformarse, incluso, en cualquier otro animal o algún elemento atmosférico. A estas personas se les conoce como nahuales.
Como ejemplos de nahuales tenemos tres casos célebres:
En la cultura maya Quiché, el jefe Tecum Uman tomaba forma de águila en tiempos de guerra. Nezahualpilli, rey de Texcoco, hacía uso de sus poderes de animal para prever el futuro. Se dice que Huitzilopochtli, tomaba forma de colibrí para estar cerca de las personas
Algunas creencias hablan de que los nahuales son en su mayoría brujos, pues se transforman en animales para “echar el mal”. Estos se alimentan del alma de las personas, a quienes les provocan enfermedades e, incluso, la muerte. También existen chamanes que son nahuales, pero ellos usan este don para defenderse de los brujos.
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