Maguey es el nombre con el que son conocidos diversos tipos de plantas del género Agave.
Nuestros antepasados llamaron a estas plantas metl o mexcametl, (de origen náhuatl).
A lo largo de la historia, los magueyes han sido utilizados para la elaboración de
diversos productos aprovechando sus fibras, su savia, flores y tallo.
Las flores de maguey, son conocidas como “gualumbos”, “hualumbos” o “patas de gallina de cerro”;
son pequeñas de color amarillo y a través de los años han deleitado los paladares gracias a
su exquisito sabor.
Es importante mencionar que sólo florece una vez, cuando la planta tiene aproximadamente 15 años de edad, una vez que florece, comienza su muerte.
Esta flor pertenece a la familia de las agaváceas y crece en la punta del quiote, un tallo grueso y recto que brota del centro del maguey y puede alcanzar alturas promedio de hasta 10 metros.
Tanto el quiote como la flor son comestibles, debido a su sabor amargo, se recomienda desflemar las flores hirviéndolas en agua y sal, quitarles el tallo y el pistilo para dejar sólo el pétalo.
La preparación de esta flor es uno de los ritos gastronómicos más antiguos y emblemáticos de México. Existen diversas formas para su elaboración; rellenas con queso, capeadas o a la mexicana.
En la gastronomía mexicana no sólo se utiliza la flor del maguey, también su piel se usa como envoltura para los mixiotes, el pulque para preparar alimentos y sus pencas para la tradicional barbacoa.
Autor: Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera. Fecha de publicación, 30 de enero de 2018
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