La gente dice que algo le importa un comino cuando le da lo mismo una cosa u otra. A lo mejor lo dicen porque el delicioso comino es un grano incluso más pequeño que el arroz; pero este dicho popular no refleja, definitivamente, las bondades culinarias de esta gran especia que ¡Sí vale un comino!
El comino es una planta anual herbácea de 60 a 90 cm de hojas largas cuyas semillas aromáticas se usan como especia. Originaria de la cuenca del Mediterráneo, y ahora difundida también por América.
El comino tiene un característico sabor amargo y un olor fuerte y dulzón gracias a su alto contenido en aceites. Se asocia a la cocina hindú y a otras cocinas (norteafricana, guatemalteca, paraguaya y en su minoría la mexicana), aunque su uso está muy extendido en España.
Es estomacal, carminativo (favorece la expulsión de los gases) y sedante con efectos parecidos a los del hinojo o anís. Su aceite esencial provoca relajación muscular.
Su labor es inigualable como condimento de ensaladas, además de dar un toque de aroma y sabor a diferentes platos de legumbres, verduras, frijoles, carnes o pescados.
El grano se parece al del arroz, pero es más delgado y de color café. Tiene sabor y olor fuertes. Es poco exigente en el tipo de suelo que ha de cultivarse y se desarrolla bien en los climas templados.
Las plantas maduran de forma muy dispareja y en muchas ocasiones los granos se caen de forma natural, por lo que resulta primordial determinar el momento más adecuado para la cosecha. Lo importante es aumentar el rendimiento. A veces se aplican sustancias desecantes antes de la recolección, sobre todo si se hace un corte directo.
Guanajuato es principal productor de comino en México.