Pertenece a la familia de las cactáceas y es típico de las Zonas Aridas; el nombre xoconostle deriva del náhuatl “xococnochtli” que significa tuna ácida. Se ha utilizado desde épocas prehispánicas como alimento y medicina, se le atribuyen a los Otomíes los conocimientos de su uso. El xoconostle puede permanecer en la planta hasta un año sin deteriorarse y permanece ahí si no se consume.
En años recientes, se han hecho esfuerzos para aprovechar el xoconostle cultivado orgánicamente en la elaboración de mermeladas, salsa, chocolates rellenos de xoconostle, botanas, bebidas, etc. dado su fácil cultivo.
El fruto está lleno de semillas que se atoran en los dientes y que liberan gomas que entorpecen la digestión; esto se ha evitado produciendo variedades mejoradas híbridas que están libres de semillas.
Muchas personas venden al xoconostle como algo mágico que puede controlar los niveles de glucosa lo cierto es que los estudios que se han realizado al respecto sólo se han efectuado en ratas por lo que no podrían ser tomados como algo concluyente y mucho menos como tratamiento para la diabetes.
El Valle de Teotihuacán es la región más importante productora de tuna del Estado de México, donde también se produce nopal verdura, xoconostle y la grana cochinilla. El Valle del Mezquital en el Estado de Hidalgo es otra región productora de este exótico frutal.