Todos los tequilas son mezcales, pero no todos los mezcales son tequilas.

El tequila es un tipo de mezcal, al igual que el whisky escocés y el bourbon. Según el escritor de bebidas espirituosas John McEvoy, el mezcal se define como cualquier licor a base de agave. Esto incluye el tequila, que se elabora en regiones específicas de México y debe elaborarse únicamente con agave azul (agave tequilana).

El mezcal se puede elaborar con más de 30 variedades de agave.

Se producen en diferentes regiones. Si bien existe cierta superposición geográfica, el tequila y el mezcal provienen principalmente de diferentes regiones de México. El tequila se produce en cinco lugares: Michoacán, Guanajuato, Nayarit, Tamaulipas y Jalisco.

Por el contrario, el mezcal se produce Durango, Guanajuato, Guerrero, San Luis Potosí, Tamaulipas, Zacatecas, Michoacán, Puebla y Oaxaca, que es donde se elabora más del 85 por ciento de todo el mezcal.

Tanto el tequila como el mezcal se elaboran a partir del núcleo cosechado de la planta de agave, también conocida como la "piña". Sin embargo, ahí es donde terminan las similitudes en la producción. El tequila se produce típicamente al vaporizar el agave dentro de hornos industriales antes de ser destilado dos o tres veces en ollas de cobre.

El mezcal, por otro lado, se cuece dentro de fosas de barro que se recubren con rocas de lava y se rellenan con madera y carbón vegetal antes de ser destiladas en ollas de barro. Si bien algunos productores de mezcal a gran escala han adoptado métodos modernos, los productores de mezcal artesanales continúan utilizando este método más tradicional, que es la fuente del ahumado comúnmente asociado con el mezcal.

Una vez finalizado el proceso de destilación, tanto el tequila como el mezcal se envejecen en barricas de roble.