Los lobos han sido incomprendidos a lo largo de los milenios, descritos como bestias salvajes y mortales. Son criaturas de mitos y folclore, a menudo en detrimento de ellos.
El lobo nunca come cadáveres, ni de animales, ni de personas; pasa toda su vida con una pareja, no se aparea con su madre ni con su hermana; es un animal monógamo, no engaña.
Si un socio muere, el lobo permanece solo; conoce bien a sus pequeños: es el único animal que ayuda a sus padres después de una profunda vejez y les trae comida.
Cuando matas a un lobo, te mira a los ojos hasta que su alma lo abandona; es 25% más inteligente que el perro y es un animal que no obedece al entrenamiento.
La verdad es que los lobos son animales muy inteligentes. Son extremadamente sociables y desarrollan vínculos estrechos con los miembros de la familia y su manada. De hecho, los lobos grises en estado salvaje a menudo muestran importantes muestras de afecto y otras emociones entre sí.
Los medios de comunicación han convertido en una idea generalizada que los lobos aúllan a la luna llena, pero esa no es la verdad. Los lobos aúllan para comunicarse con su manada o para ahuyentar a otros lobos. Y estos aullidos llegan lejos: se pueden escuchar hasta a 10 millas de distancia.
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