En el Día Mundial del Árbol, fecha que cada nación elige y México celebra el segundo jueves de julio, la Organización de las Naciones Unidas propone al mundo recordar la importancia de proteger las superficies arboladas.

El territorio nacional cuenta con una enorme biodiversidad que contiene un gran número de especies forestales, en muchos casos endémicas, y de gran importancia para la seguridad alimentaria, el uso medicinal u ornamental.

Los conglomerados arbóreos ofrecen espectáculos naturales en cada región del país y reciben distintos nombres según el clima, altitud y latitud, la vegetación que los conforma, el tipo de hoja, etc.

En la Fiesta del Árbol, celebrada por primera vez en Suecia en 1805 y 84 años después en Cáceres, España, es oportuno recordar la importancia de conservar las especies arbóreas.

De los 255,000 km2 de este ecosistema que había originalmente en México, en la década de los setenta se eliminó la mayor parte, principalmente en Veracruz, Tabasco, la sierra del sur de Chiapas y el norte de Yucatán a fin de dedicar el suelo a la cría de ganado, por lo que en 2002 las comunidades primarias abarcaban solo 44,000 km2, con una regeneración de apenas 5,900 km2 de vegetación secundaria y un poco más de mil km2 con comunidades primarias.

Este ecosistema de alto valor para la conservación alberga gran cantidad de especies de flora y fauna listadas en categorías de riesgo por la NOM-059-SEMARNAT-2010, pero la extracción desmedida de flora y fauna para tráfico ilegal afecta su capacidad para mantener su funcionamiento y sus servicios ambientales.

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