Suelo.- El suelo no debe de estar compacto para facilitar el desarrollo de las raíces, soportar la parte aérea, almacenar humedad y mantener la fauna del suelo que es muy benéfica en el proceso de descomposición de la materia orgánica y liberación de nutrientes.

Apuntalar las plantas.- Como una ayuda a los tallos para que no se doblen. Esta operación tiene importancia para algunas plantas, sobre todo para las herbáceas, que tienen un gran desarrollo, por lo que sus tallos son incapaces de mantenerse levantados. Una buena poda evita esta medida. 

Riegos.- Las necesidades de agua, en las distintas plantas, son muy diferentes, pues mientras algunas son poco exigentes, la mayoría requieren de riegos ligeros pero frecuentes. 

Pinchado.- consiste en suprimir un trozo de tallo herbáceo del final de una rama que esté creciendo. Esta labor busca la acumulación de savia en las yemas inferiores con el fin de que evolucionen y produzcan nuevas ramas laterales. 

Poda.- La poda, no sólo consiste en suprimir los tallos leñosos, como en el caso del rosal, hortensias, etc., sino que se aplica a todas las operaciones encaminadas a arreglar y hacer decorativas las plantas. 

Eliminar flores marchitas.- Esta operación debe hacerse no sólo desde el punto de vista estético y de limpieza, sino también por causas fisiológicas.  

Elige las plantas de acuerdo al clima.
Adquiere las herramientas correctas.
Evita las plantas que consuman mucha agua.
Elimina las malas hierbas.
Todo jardín debe incluir por lo menos un árbol frutal.
Evita al máximo el uso de productos químicos.
Considera la ubicación de las sombras de la casa.