Agro Cultura Mexicana

"Del campo para la ciudad"

Cura de susto

La “Cura de Susto” es un tratamiento ritual especializado que NO puede emplearse indiscriminadamente de manera personal porque se requiere de alguien con los conocimientos en medicina tradicional de la cultura zapoteca, necesarios para aplicar el procedimiento.
El proceso de la cura de susto incluye, además del baño de temazcal, la sobada, el apretón y el estirón.
El susto o espanto es provocado por  fuertes impresiones a causa de eventos como caídas, accidentes, sismos, entre otros, así como por emociones desatadas por conflictos de pareja, depresión, separaciones, desamores, de debilidad, inapetencia, insomnio o sueño, intranquilidad, vómito y diarrea que puede llegar a ser grave si el paciente no es atendido de manera oportuna. 
Las curanderas se refieren al susto como resultado de una experiencia emocional fuerte, incluso una alegría o una sorpresa de la que resulta una angustia momentánea; ésta lleva a un estado de tensión general que no está necesariamente asociado con otros síntomas de origen orgánico.
El tratamiento de la “cura de susto” comienza con una plática entre la especialista y la persona. La curandera conduce el proceso hasta que comienza la aplicación ritual de diversos elementos en el paciente, tales como el ramo de limpia, el tacto, el huevo, el aceite, la albahaca, la ruda, el mezcal y la resina de copal.
Luego se procede al baño de temazcal.  La combinación de las hierbas dulces, amargas e insípidas que integran el ramo de limpia produce un efecto purificador del cuerpo y el alma. Después del temazcal se aplican la sobada, el apretón y el estirón; la curandera, al tocar a la persona, propicia que ésta recupere su seguridad.

El huevo es la célula viva más grande de la que se tiene conocimiento; al frotarlo sobre el cuerpo del paciente, se logra que él recupere su esencia física y emocional. El aceite es un estimulante para abrir los cinco sentidos. La albahaca quita el aire y equilibra las emociones.

La combinación de la ruda y el mezcal permite el regreso del alma al cuerpo.  Entonces se vierte el huevo en medio vaso de agua, donde queda lo que expulsó el organismo, y la especialista explica a la persona el estado de ánimo en que se encontraba.  El contenido del vaso se arroja hacia la naturaleza y el paciente alcanza un estado de tranquilidad.  Se concluye el rito con un baño de humo de copal, cuya resina, combinada con las hierbas y las brasas del sahumerio, ayuda a integrar y armonizar el ser.
De acuerdo con la tradición oaxaqueña, de origen ancestral, la cura de susto debe realizarse durante tres días consecutivos para lograr una curación completa y permitir al paciente hacer uso preventivo, ya no curativo, de las hierbas.
Fuente, Herbolaria oaxaqueña para la salud (INMUJERES). Prim Edición 2009. ISBN. 978-607-95272-1-1 


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