Económica y nutritiva, la carne de conejo es un alimento rico en proteínas y bajo en grasa por lo que es recomendable incluirlo de forma habitual en nuestra dieta.

Además de distinguirse por su fácil digestión, contiene magnesio, hierro, zinc y vitaminas del grupo B, importantes para la producción de glóbulos rojos y el buen equilibrio orgánico, sin descuidar el aporte de proteínas, necesarias para optimizar las actividades deportivas.

Este alimento forma parte de la dieta de los mexicanos desde la época prehispánica, tiempo en la que un conejo se intercambiaba por semillas de cacao; es referente de la cultura gastronómica ya que lo encontramos en innumerables platillos y recetas tradicionales.

La cunicultura, la crianza de conejos, es una actividad productiva rentable y de la que estados como Puebla, Tlaxcala, Morelos, Michoacán y Querétaro destacan por su producción. En México el consumo anual por persona, alcanza los 128 gramos.

Aunque su uso no es muy popular, actualmente  la carne de conejo registra una mayor demanda entre los restaurantes y las amas de casa por lo que empresas mexicanas se capacitan sobre el cuidado de estos animales e implementan estrategias de información sobre sus beneficios.

Esta carne es tan versátil que ofrece una gran variedad de formas para cocinarla, pueden ser recetas al horno, a la parrilla, guisado al romero, con papas, con finas hierbas, con frutos rojos y en adobo.

Por su alto contenido de proteínas, la carne de conejo es fundamental para el desarrollo muscular y el rendimiento de los deportistas.

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